miércoles, 25 de marzo de 2020

2 CRÓNICAS. CAPÍTULO XII

121Pero cuando Roboán consolidó sur reino y se hizo fuerte, él y todo Israel abandonaron la Ley del Señor. 2Por haberse rebelado contra el Señor, el año quinto de su reinado, Sisac, rey de Egipto, atacó Jerusalén 3con mil doscientos carros, sesenta mil jinetes y una multitud innumerable de libios, suquíes y cusitas procedentes de Egipto. 4Conquistaron las fortalezas de Judá y llegaron hasta Jerusalén. 5Entonces el profeta Semayas se presentó a Roboán y a las autoridades de Judá, que se habían reunido en Jerusalén por miedo a Sisac, y les dijo:
-Así dice el Señor: Vosotros me habéis abandonado, pues yo os abandono ahora en manos de Sisac.
6Las autoridades de Israel y el rey confesaron humildemente:
-El Señor lleva razón.
7Cuando el Señor vio que se habían humillado, dirigió su palabra a Semayas:
-Han sido humildes, no los aniquilaré. Los salvaré dentro de poco y no derramaré mi cólera sobre Jerusalén por medio de Sisac. 8Pero le quedarán sometidos para que aprecien lo que va de servirme a mí a servir a los reyes de la tierra.
9Sisac, rey de Egipto, atacó Jerusalén y se apoderó de los tesoros del templo y del palacio; se llevó todo, incluso los escudos de oro que había hecho Salomón. 10Para sustituirlos, el rey Roboán hizo escudos de bronce y se los encomendó a los jefes de la escolta que vigilaban el acceso a palacio, 11cada vez que el rey iba al templo, los de la escolta los agarraban y luego volvían a dejarlos en el cuerpo de guardia. 12Por haberse humillado, el Señor apartó su cólera de él y no lo destruyó por completo. También en Judá hubo cierto bienstar:
13El rey Roboán se reafirmó en Jerusalén y siguió reinando. Tenía cuarenta y un años cuando subió al trono y reinó diecisiete en Jerusalén, la ciudad que el Señor había elegido como propiedad personal entre todas las tribus de Israel. Su madres se llamaba Naamá y era amonita. 14Obro mal porque no se dedicó de corazón a servir al Señor.
15Las gestas de Roboán, de las primeras a las últimas, se hallan escritas en la Historia del profeta Semayas y del vidente Idó. Hubo guerras continuas entre Roboán y Jeroboán. 16Cuando murió lo enterraron en la Ciudad de David. Su hijo Abías le sucedió en el trono.

Explicación.

12 Sigue el reverso, de acuerdo con el esquema del autor. Está basado en una noticia de 1 Re 14,25-28: el revés se explica aplicando la doctrina rigurosa de la retribución; y como la derrota afectó a todo el pueblo, se supone un pecado colectivo. Pero la última palabra no será de castigo, sino de perdón. El pecado es genérico en este primer caso. De paso se salta los acontecimientos graves del reino septentrional narrados en 1 Re 14,1-20.

12,5-8 La lección se pone en boca de un profeta y es como una liturgia penitencial sin sacrificios. El acto de la humillación puede estar inspirado en 1 Re 21,27-29, sobre el arrepentimiento de Ajab. Se emplea el esquema del talión, que ajusta la culpa; los culpables pronuncian la fórmula abreviada de confesión (va implícito el miembro correlativo "y nosotros no la tenemos"; compárese con las confesiones de Neh 10; Dn 9 y Bar 3).

12,8 Retorna el viejo tema de la esclavitud: fue la situación de los israelitas en Egipto, el repetido vasallaje en tiempo de los Jueces. Servir al Señor es la verdadera libertad: ¿cómo suena este enunciado en tiempo del autor, cuando Judá es una provincia del imperio Persa?

12,12-13 Pasado el breve intervalo de cólera sobreviene una tercera etapa de fidelidad al Señor y de bienestar...


12,14-15... a la que sigue otra etapa de infidelidad y guerras continuas con el reino asmático.


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