321Después de estos actos de lealtad, Senaquerib, rey de Asiria, se puso en marcha, llegó a Judá, sitió las fortalezas y dio orden de conquistarlas. 2Ezequías advirtió que Senaquerib venía dispuesto a atacar a Jerusalén. 3Reunido en consejo con las autoridades civiles y militares, propuso cegar los manantiales que había fuera de la ciudad; y ellos lo apoyaron. 4Reunieron mucha gente y cegaron todas las fuentes y el torrente que atravesaba la ciudad, diciéndose: <<Sólo falta que cuando venga el rey de Asiria encuentre agua en abundancia>>. 5Con gran energía reparó toda la muralla derruida, la coronó con torres, edificó una barbacana, fortificó la zona del terraplén, la Ciudad de David, e hizo numerosas armas arrojadizas y adargas. 6Nombró jefes militares al mando de la población, los reunió en la Plaza Mayor y los arengó con estas palabras:
7-¡Ánimo y valor! No os asustéis ni acobardéis ante el rey de Asiria y la multitud que le sigue. 8Nosotros contamos con algo más grande que él. El cuenta con fuerzas humanas, nosotros con el Señor, nuestro Dios, que nos auxilia y guerrea con nosotros.
El pueblo se animó con las palabras de Ezequías, rey de Judá.
9Más tarde, mientras Senaquerib, rey de Asiria, sitiaba Laquis con todas sus tropas, envió a unos cortesanos a Jerusalén para que dijesen a Ezequías, rey de Judá, y a todos los judíos que se encontraban en Jerusalén:
10-Así dice Senaquerib, rey de Asiria: ¿En qué confiáis para seguir en una ciudad sitiada como Jerusalén? 11¿No veis que Ezequías os ha engañado y os lleva a morir de hambre y de sed cuando dice: <<El Señor, nuestro Dios, nos salvará de la mano del rey de Asiria>>? 12¿No fue él quien suprimió sus ermitas y sus altares ordenando a judíos y jerosolimitanos que se postren y quemen incienso ante un único altar? 13¿No sabéis lo que hice yo y lo que hicieron mis antepasados con todos los pueblos del mundo? ¿Acaso los dioses de esos pueblos pudieron librar sus territorios de mi mano? 14 ¿Qué Dios de esos pueblos que exterminaron mis antepasados consiguió librar a su gente de mi mano? ¿Y va a poder salvaros vuestro Dios? 15No os dejéis engañar y embaucar por Ezequías. No confiéis en él. Ningún dios de ninguna nación o reino pudo librar a su pueblo de mi mano y de la de mis antepasados. ¡Y va a poder libraros vuestro Dios!
16Los cortesanos siguieron hablando contra el Señor Dios y contra su siervo Ezequías. 17(Senaquerib había escrito también un mensaje ultrajando al Señor, Dios de Israel, y diciendo contra él: <<Lo mismo que los dioses nacionales no libraron sus pueblos de mi mano, tampoco el Dios de Ezequías librará a su pueblo>>). 18Hablaban a voces, en hebreo, al pueblo de Jerusalén que se encontraba en la muralla, para atemorizarlo y asustarlo, a fin de apoderarse de la ciudad. 19Hablaron del Dios de Jerusalén como si se tratase de un dios cualquiera, fabricado por hombres.
20El rey Ezequías y el profeta Isaías, hijo de Amós, se pusieron en oración con este motivo y clamaron al cielo. 21Entonces el Señor envió un ángel, que aniquiló a todos los soldados y a los jefes y oficiales del campamento del rey asirio. Este volvió a su país derrotado, y una vez que entró en el templo de su dios lo asesinaron allí sus propios hijos.
22El Señor salvó a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de todos los enemigos concediéndoles paz en las fronteras. 23Mucha gente vino a Jerusalén para ofrecer dones al Señor y presentes a Ezequías de Judá, que a raíz de esto adquirió gran prestigio en todas las naciones.
24Por entonces Ezequías había enfermado de muerte Oró al Señor, que le prometió curarlo y le concedió un prodigio. 25Pero Ezequías no correspondió a este beneficio; al contrario, se engrió y atrajo sobre sí, sobre Judá y sobre Jerusalén la cólera del Señor. 26Pero luego se arrepintió de su orgullo, junto con todos los habitantes de Jerusalén, y el Señor no volvió a airarse contra ellos en vida de Ezequías. 27Tuvo gran riqueza y prestigio. Acumuló gran cantidad de plata, oro, piedras preciosas, aromas, adargas y objetos de valor de todas clases; 28construyó silos para las cosechas de trigo, mosto y aceite, establos para todo tipo de ganado y apriscos para los rebaños. 29Edificó ciudades y reunió un inmenso rebaño de ovejas y vacas, porque Dios le concedió muchísimos bienes.
30Fue Ezequías quien cegó la salida superior de las aguas de Guijón y las desvió por un subterráneo a la parte occidental de la Ciudad de David. 31Triunfó en todas sus empresas; y cuando los príncipes de Babilonia le enviaron mensajeros para informarse del prodigio que había sucedido en su país, si Dios lo abandonó fue para ponerlo a prueba y conocer sus intenciones.
32Para más datos sobre Ezequías y sobre sus obras de piedad, véanse el libro del profeta Isaías, hijo de Amós, y el libro de los reyes de Judá e Israel. 33Cuando murió Ezequías lo enterraron en la cuesta de las tumbas de los descendientes de David. Los judíos y la población de Jerusalén le dedicaron un gran funeral. Su hijo Manasés le sucedió en el trono.
Explicación.
32 Mientras la breve nota del original se convertía en tres capítulos del Cronista, los tres capítulos de relatos del original (2 Re 18-20) se resumen en un solo capítulo. En él entresaca hechos y cita el texto variando y comentando Puede leerse este capítulo como ejemplo de comentario midrásico narrativo. Comparándolo con la fuente, se comprobará la gran superioridad de ésta como pieza de arte narrativa.
32,1 Según la fuente, el año catorce de su reinado. 2 Re 18,13-37; 19,35.
32,2 El Cronista se calla que Ezequías se ofreció a pagar una fuerte multa para comprar la independencia.
32,5 "Con gran energía" jugando con el nombre del rey en una conocida paronomasia. "Fortificó" nueva paronomasia.
32,7 "Ánimo". En la arenga resuena la teología y la terminología de Isaías (Is 7,4).
32,8 Después de tomar todas las medidas humanas, el rey pone su confianza en Dios: véase Is 22,8-11.
Dios está con ellos, según Is 8,9-10 y Sal 20,8.
32,10-11 Muerte de hambre y sed, por el sitio prolongado, sin necesidad de asalto militar.
32,12-14 Suprime la mención del Faraón y el desafío a Ezequías para concentrarse en el tema de los dioses, machacando la misma idea, hasta repetirla ocho veces.
32,22 "Salvo" es el verbo del nombre teofórico de Isaías (Yesa´yahu).
32,25 Quizá se refiera a la vanidad del rey enseñando sus tesoros a los embajadores extranjeros (2 Re 20,13).
32,27-29 La valoración de las riquezas contrasta con el duro juicio de Is 2,6-7. Ezequías es como un nuevo Salomón.
32,30 Túnel que todavía se conserva y que deriva el agua hasta la alberca de Siloé.
32,31 El prodigio es su curación inesperada (2 Re 20). "Ponerlo a prueba" (véase Dt 8,2).
32,33 No incluye a israelitas en los funerales.
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